jueves, 5 de marzo de 2009

Su madre ha muerto, necesitamos su carnet de identidad

La carta que sigue la escribí la noche del sábado 14 de febrero de 2009, mientras acompañaba a mi madre en el hospital San Carlos de Murcia. En algunos momentos me preguntaba porqué el médico de urgencias no intentó eliminar los mocos que ahogaban a mi madre, si no que sólo intentó que conviviera con ellos, es decir, en lugar de quitar los mocos (o intentar averiguar su origen) se limitó a poner oxigeno y ordenar que se le aspirasen los mocos. De todos modos ya poco importa. El lunes 16 de febrero tuve la última noticia de ése hospital. Creí que nada de lo que ocurriese allí podría sorprenderme, pero me equivoqué. Estoy trabajando en mi consulta y suena el móvil, una señorita me informa que me llaman del hospital San Carlos y que me van a pasar con la tercera planta, espero, una voz de hombre me pregunta si soy Ángel, el hijo de Teresa, respondo que sí y pregunto “¿Ha pasado algo?” La respuesta que recibo es tan cortante como la que reproduzco a continuación textualmente “¡Pues claro que ha pasado algo! ¡Si no, no le llamaríamos! Su madre ha muerto, necesito que venga con su carnet de identidad” He visto formas desafortunadas de dar malas noticias, la forma en que me dieron la noticia rozó la crueldad, pero es aún más triste que eso, ni siquiera fue crueldad, fue total indiferencia, la noticia de la muerte de mi madre se me dio como si se me estuviera advirtiendo que me faltaba una firma en un documento.
A pesar de que mi madre ya no está en su habitación 322, y a pesar de que nada de lo que se diga o haga me la podrá devolver, a pesar de no poder entender la actuación del médico de urgencias, a pesar de no poder pasar cerca del hospital San Carlos sin sentir un escalofrío y pensar que fui un mal hijo al permitir que mi madre siguiera internada en semejante sitio, a pesar de todo les remito la carta que redacté por si a algún murciano le sirve para no dejarse internar en la tercera planta del hospital San Carlos.


Soy usuario del Hospital USP San Carlos, en Murcia. Realmente la usuaria es mi madre, ingresada en la habitación 322 (de la tercera planta, la de los pacientes de la Seguridad Social) desde hace ya cinco meses, justo el tiempo que hace que falleció mi padre. El motivo de la presente carta es informar a la opinión pública de Murcia de ciertas situaciones que probablemente la inmensa mayoría de ciudadanos desconozca. Por ejemplo, cómo una de las pacientes, concretamente habitación 324, puede estar casi una hora pidiendo agua a voz en grito sin que ningún auxiliar o enfermero le haga ningún caso. O como las enfermeras y auxiliares pasan gran parte de su tiempo encerradas en una habitación, que utilizan a modo de office, fumando tranquilamente. O como las bolsas de orina de los pacientes con sonda vesical son retiradas y cambiadas por cuidadores y cuidadoras (en su inmensa mayoría emigrantes) no pertenecientes al hospital pero que hacen el trabajo de los auxiliares, y como no se anotan las cantidades de orina producidas por los pacientes (dato importante en pacientes encamados, y ancianos). O como a la hora de cambiar pañales, comprobar si los pacientes han defecado y hay que limpiarles, etc. los auxiliares del hospital se valen de los cuidadores (personas pagadas por los familiares de los enfermos que no pueden acompañar a sus familiares por motivos de trabajo y deben pagar a esas personas) para hacer un trabajo que debieran hacer ellos, y no es que el cuidador de un enfermo ayude a cambiar a ese enfermo, no, un cuidador o cuidadora coge varias bolsas de orina y cambia a varios pacientes o bien va acompañando al auxiliar por todas las habitaciones cambiando pañales en lo que es una delegación del trabajo de los auxiliares en personas sin cualificación y ajenas a la plantilla del hospital. O como una enfermera de UCI le pregunta a una auxiliar sobre la producción de orina de mi madre diciéndole “¿esta bolsa de orina desde cuando está puesta?” y la auxiliar responde, textualmente “pues si no se le ha cambiado al mediodía estará desde la mañana” lo que hace suponer que no hay un control efectivo cuando se cambian las citadas bolsas. O como si un día sufro un atasco y un accidente y no puedo llegar a tiempo a dar la comida a mi madre (con sonda nasogástrica) cuando llego a las quince y treinta horas ningún auxiliar ha tenido la deferencia de haberle dado la comida. O como al preguntar a una auxiliar sobre la posibilidad de que le den el desayuno me informan que “si es algo puntual de un día te podemos hacer el favor, pero por costumbre, no. Eso es obligación de los familiares”, yo creía que era cosa del personal del hospital alimentar a los pacientes y que los familiares estamos para acompañar al paciente, ya veo que no. O como al pedir a un auxiliar que le den ellos mismos la medicación, la respuesta es la misma que con la comida “eso es cosa de los familiares, si no podéis dársela vosotros pagáis a una cuidadora”. O como, en fin, al oír respirar con esfuerzo a mi madre aviso a una enfermera para que haga algo y está me dice “respira bien, está tranquila” , frente a ello yo mismo tengo que coger mi fonendo y auscultarla, percibir roncus y una disnea importante, volver a avisar a un auxiliar y esta, por fin, avisar al médico de guardia que tras ver las constantes y comprobar la hipotensión de la paciente y la imposibilidad de coger una vía periférica opta por una central y al salir de la habitación no se digna ni a dirigirse al familiar (yo) teniendo que ser yo el que lo persiga por la pasillo y tras preguntarle me diga “se le va a poner una vía central porque está deshidratada” al preguntarle el motivo de la hipotensión me dice que eso me informará el internista, al insistir, me informa, en un muy mal tono, que él está para ayudar y no para aguantar impertinencias (yo no creía que preguntar por el estado de una madre fuera una impertinencia, quizás la impertinencia sea osar molestar con preguntas a gente tan importante como un médico.) pero no me informa de porqué no va a hacer ninguna prueba para averiguar el origen de esos mocos ni porqué no va a hacer nada para eliminarlos.

Atentamente,

Ángel López Esteve

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